Tras el descubrimiento de las rutas hacia Asia Oriental por portugueses y españoles, grandes barcos comenzaron a atracar en los puertos de Japón a medidados del siglo XVI. Durante el periodo llamado Namban (1543-1639) viajaron en ambos sentidos hombres, mercancías e ideas. Europa se abría a otros territorios y  empezaba a vivir la primera globalización. Entre las mercancías más apreciadas en Europa se encuentra la laca japonesa urushi, que fue el género de mayor atracción. Su intenso brillo y atractiva textura así como sus motivos decorativos dorados makie causaron fascinación entre los primeros europeos que llegaron a Japón. Los japoneses detectaron posibilidad de negocio y en las últimas décadas del siglo XVI se perfiló un tipo específico destinado a la exportación, la laca Namban. Se trata de una mercancía de lujo que viajaba de Japón a España en los siglos XVI y XVII. Se trata de biombos, baules, cajitas, pinturas, enconchados, maques y multitud de objetos que en muchos casos han estado guardados en monasterios, conventos, capillas e iglesias de toda España.