Cuando afrontamos un reto decorativo, contamos con multitud de recursos para crear algo especial. Uno de estos recursos, es el papel pintado. Usar papel pintado en un espacio es estupendo porque normalmente conseguimos recrear un ambiente de fantasía, de misterio, así como combinar colores y formas geométricas que provocan la sorpresa en el espectador. Lo definiríamos casi como un recurso cinematográfico para provocar al espectador.

Este papel que reproducimos no lo parece, está en un espacio abierto, un jardín, una especie de invernadero, y recrea un paisaje casi exótico de plantas en una vidriera con arcos de medio punto que se superpone a la vidriera real, colores azul, verde y amarillo, alegría y vitalidad total para un espacio de exterior.

Muy interesantes son por tanto los papeles pintados y podemos conseguir efectos sorprendentes. Los papeles pintados no son sólo rayas de menor o mayor ancho o cenefas decorativas.