Se trata de la obra más cara vendida de un artista vivo. Es una obra de 1972 del artista británico David Hockney. Fue subastada en Nueva York por 90 millones de dólares. Nacido en 1.937 es un pintor, proyectista, escenógrafo, impresor y fotógrafo. Durante la década de 1.960 fue un importante contribuyente del movimiento conocido como Arte Pop, siendo considerado uno de los artistas británicos más influyentes del siglo XX. 

Una visita a California, lugar en el que vivió muchos años, le inspiró a realizar una serie de pinturas de albercas utilizando pintura acrílica de colores vibrantes, con un renderizado altamente realista. Vivió también en Los Angeles, Londres y París.

El artista nació con sinestesia y en consecuencia ve colores sinestésicos en respuesta a estímulos musicales. Esto no se ve reflejado en sus pinturas ni trabajo fotográfico, pero es uno de los principios que utiliza para el diseño de escenografías para óperas y ballet. Basa los colores del fondo y la iluminación en los colores que ve mientras escucha las piezas musicales. Hockney es abiertamente homosexual y a diferencia de Andy Warhol, de quien se hizo amigo, ha explorado abiertamente la naturaleza del amor dentro de sus retratos.